APEGOS Y DESAPEGOS

Llegas con todo y con nada, vives con todo y con nada, se acaba el camino en plano físico y te vas con todo y con nada. Si tu y yo nos hemos encontrado antes, sabrás que todo el tiempo digo que en mis 50 años de vida nunca he visto un cortejo fúnebre en el que al difunto le sigan todas sus propiedades y bienes y males. Tener o no tener, tener mucho o tener poco, ser ganador o perdedor, ser bonito o ser feo, ser exitoso o fracasado... ¡qué etiquetas más fuertes! ¿Qué parámetros se están utilizando? ¿Quién los define? Bienvenida la vida en plano físico tal cual, porque es lo que es ni más ni menos, porque el cosmos no se equivoca y tiene una hoja contable de balance perfecto. Todo lo que viene en la vida conviene. Todo y nada, nada y todo, eso está perfecto. Y entonces ¿De qué te preocupas? Mejor te ocupas, agradeces lo que llega y lo que no llega, lo que se va y lo que se queda, haces lo que tienes que hacer con alegría y desde el corazón, comparte y, otra vez, haz lo que tienes que hacer para ser feliz durante todo el tiempo que te fué otorgado el privilegio y la oportunidad de ocupar este maravilloso cuerpo físico, así perfecto, esté como esté, sin parámetros de perfección con la visión de mentes soberbias,con todos los retos que tengas que superar.
Y como todo es causalidad y no casualidad, hoy por la mañana buscaba un libro de nutrición y me encontré uno, pero éste no habla de nutrición del cuerpo, nutre el alma y la mente. Me encontré con un viejo y gran amigo (él no lo sabe, por supuesto), con Pablo Neruda. Te transcribo un poema de su libro "Navegaciones y regresos":

ODA A LAS COSAS
Amo las cosas loca,
locamente.
me gustan las tenazas,
las tijeras,
adoro
las tazas,
las argollas,
las soperas,
sin hablar, por supuesto,
del sobrero.

Amo
todas las cosas,
no sólo,las supremas,
sino
las
infinita-
mente
chicas,
el dedal,
las espuelas,
los platos,
los floreros.

Ay, alma mía,
hermoso
es el planeta,
lleno de pipas
por la mano
conducidas
en el humo,
de llaves
de saleros,
en fin,
todo
lo que se hizo
por la mano del hombre, toda cosa:
las curvas del zapato,
el tejido,
el nuevo nacimiento
del oro
sin la sangre,
los anteojos,
los clavos,
las escobas,
los relojes, las brújulas,
las monedas, la suave
suavidad de las sillas.

Ay cuántas
cosas
puras
ha construido
el hombre,
de lana,
de madera,
de cristal,
de cordeles,
mesas
maravillosas,
navíos, escaleras.

Amo
todas
las cosas,
no porque sean
ardientes
o fragantes,
sino porque
no sé,
porque
este océano es el tuyo,
es el mío:
los botones,
las ruedas,
los pequeños
tesoros
olvidados,
los abanicos en
cuyos plumajes
desvaneció el amor
sus azahares,
las copas, los cuchillos,
las tijeras,
todo tiene
en el mango, en el contorno,
la huella
de unos dedos,
de una remota mano
perdida
en lo más olvidado del olvido.

yo voy por casas,
calles,
ascensores,
tocando cosas,
divisando objetos
que en secreto ambiciono:
uno porque repica,
otro porque
es tan suave
como la suavidad de una cadera,
otro por su color de agua profunda,
otro por su espesor de terciopelo.
Oh río
irrevocable
de las cosas,
no se dirá
que sólo
amé
los peces,
o las plantas de selva de pradera,
que no sólo
amé
lo que salta, sube, sobrevive, suspira.
No es verdad:
muchas cosas
me lo dijeron todo.
No sólo me tocaron
olas tocó mi mano,
sino que acompañaron
de tal modo
mi existencia
que conmigo existieron
y fueron para mí tan existentes
que vivieron conmigo media vida
y morirán conmigo media muerte.

Luz, paz y amor al mundo.