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jueves, 18 de junio de 2009

AZÚCAR REFINADO

El uso y el abuso del azúcar refinado en las últimas décadas está más extendido que nunca, lo cual ha dejado ver el poder destructivo de esta sustancia. Esto ha llevado a algunos médicos a sugerir una etiqueta de advertencia en los productos que la contengan, a raíz de los profundos efectos negativos demostrados en el organismo humano.

La caña de azúcar, una vez cosechada, se lleva al ingenio donde se muele y extrae su jugo, posteriormente se remueven las "impurezas", muchas de las cuales son de valor nutritivo. Esos jugos se hierven y se concentran por medio de la evaporación, obteniéndose la melaza y el azúcar mascabado, el cual se refina para obtener finalmente el azúcar blanco. Este último proceso despoja al azúcar de prácticamente todo su valor nutritivo y lo convierte solamente en una buena dosis de calorías que ofrece carbohidratos al organismo.

Pero además, el consumo de azúcar puede suponer un peligro para nuestro organismo, el cuerpo humano requiere de unos 40 nutrientes distintos absolutamente esenciales para la salud. Necesita proteínas, vitaminas, minerales, enzimas, grasas, aceites esenciales e hidratos de carbono. El azúcar no contiene casi nada de eso, con excepción de hidratos de carbono simples. Así, al ingresar el azúcar a nuestro organismo, roba vitaminas y minerales clave para metabolizar los carbohidratos que éste mismo contiene. Como consecuencia, al consumir azúcar refinado se provoca un doble daño.

De acuerdo con el Medical Tribune, investigaciones realizadas en varios países concluyen que el azúcar refinado es un factor potencial para producir crecimiento del hígado (hepatomegalia) y de los riñones, así como una alteración considerable de las enzimas en los mismos órganos, además de una disminución de la eficacia en la utilización de proteínas. Se le menciona también como causa principal en padecimientos de las arterias coronarias.

Su alto consumo provoca un incremento de las grasas en la sangre, aumenta la concentración de ácido úrico, disminuye la tolerancia a la glucosa, incrementa la adhesividad de las células sanguíneas y también incrementa la concentración de cortisol.

El azúcar refinado también está involucrado, al menos en parte, en trastornos como dispepsia, alergias, padecimientos de la piel, miopía, obesidad, desnutrición, descalcificación, hipertensión, problemas dentales, depresiones y esclerosis múltiple. Además, ataca a la flora intestinal. En el sistema linfático causa estragos al robar gran cantidad de células especializadas en la defensa contra bacterias, virus y diversas homotoxinas.

El alto consumo de azúcar refinado está relacionado directamente con el cáncer. Estudios de laboratorio demostraron que los animales alimentados con dietas altas en azúcar desarrollaron tumores en glándulas mamarias en un número considerablemente mayor en comparación con animales nutridos con hidratos de carbono sin refinar como: vegetales, cereales integrales, legumbres, etc.

El azúcar y otros aditivos y colorantes en los alimentos chatarra son causantes de hiperquinesia en niños. Se ha demostrado una mejoría en el comportamiento de niños que eliminaron de su dieta este tipo de "alimentos".

Hasta qué punto decaerá la salud social, cuando las estadísticas revelan que una persona promedio en Europa consume entre 35 y 55 kilos de azúcar al año y un estadounidense consume unos 60 kilos; algunos llegan a consumir hasta 200 kilos anuales. Desafortunadamente no existen estadísticas similares en México ¿A qué gremio nos anexamos?
¿Qué futuro se puede esperar de una juventud y niñez alimentada de esta manera, con cereales comerciales adicionados con hasta 66% de azúcar, más otros aditivos? ¿Quién podrá parar a estas industrias gigantescas que gastan millones en publicidad tratando de convencer al consumidor del "alto valor nutritivo" de sus productos?

Tú puedes (y debes) hacer algo al respecto. Planea bien tu dieta y la de tu familia; incluye esta cultura de la buena alimentación a la educación de tus hijos y comparte esta educación e información nutricional con parientes y amigos.

Acepta lo que la naturaleza te ofrece: Tu alimento como tu medicina preventiva.


¡Salud por la salud!

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